domingo, 29 de julio de 2012

Una noche con Batman



Creo que puedo decir que sigo a Batman desde siempre, y siempre es siempre. Cuando era un niño miraba primero y leía después las historietas de Editorial Novara, una editorial chilena que editaba en Argentina los comics (historietas en aquella época) de la DC y sus superhéroes. En nuestro país los héroes de Marvel nunca fueron muy populares hasta que llegaron algunos dibujos animados y las películas más recientes.
Batman., Superman, Linterna Verde, Flash, Flecha Verde y hasta la Mujer Maravilla siempre gozaron del reconocimiento de los fans de los cuadritos dibujados.
El jueves casi como un fanático fui uno de los espectadores que compró anticipadamente una entrada para ver El Caballero de la Noche Asciende o Batman III de Nolan. Desde que vi Batman Begins me di cuenta que Nolan había hecho la película que yo siempre quise ver sobre el encapotado (y que me hubiera encantado hacer) y cuando vi la siguiente: The Dark Knight, lo volví a confirmar: Batman había caído en las mejores manos.
Mientras crecía y sumaba pilas de revistas a una especie de baúl que tenía debajo de mi cama, también era un espectador con asistencia perfecta en la mitad de la tarde, a la serie protagonizada por Adam West, serie que hoy podría ver hasta el hartazgo y que no entiendo como no la han reeditado en dvd. Esta serie autenticamente de vanguardia, estaba a tono con la época (los 60) y para los niños era ver en acción al héroe de las historietas y para los adultos era una versión ácida y camp que todavía hoy se puede disfrutar en su humor absurdo y delirante.
Durante los 70 y parte de los 80 Batman desapareció de las pantallas, tanto de la tele como del cine. Solo quedaron los comics (en los 80 el concepto de comic ya lo tomamos como propio) que fueron renovando las miradas sobre Batman a partir de los 70 con el genial dibujante Neal Adams y el guionista Dennis O´Neill para continuar con joyas (ya en los 80) como Arkham Asylum de Grant Morrison y Dave McKean, The Cult de Jim Starlin, Año Uno de Frank Miller y David Mazzucchelli y El retorno del Caballero Negro escrita y dibujada por Frank Miller.
Durante esos años cada tanto me encontraba con una historieta nueva y la iba sumando a una serie de cajas (ya no existía ese viejo cajón) junto a personajes más cotemporáneos como las sagas de Hellbraizer o Sandman (siempre en la línea de DC). Quizás lo más interesanste de Batman fue que desde los inicios, pasando por la serie de los 60 y luego de varias reencarnaciones dibujadas y cinematográficas, es el único super héroe que mantiene su público tanto en una población infanto adolescente como así también entre los adultos. Quizàs porque no tiene super poderes o por su oscuridad que lo acerca más a sus propios enemigos que a sus amigos. Batman podría ser un paciente más del Arkham Asylum, el hospital siquiátrico en donde están confinados gran parte de los villanos, con El Guasón a la cabeza.
Batman no es un buen tipo, es un chiflado que se disfraza y que trabaja con una mentalidad para policial. Pero su condición solitaria y depresiva lo humanizan y le otorgan una cara más compleja que la de cualquier vengador anónimo. Por momentos Batman encajaría a la perfección en la ideología reaccionaria que reclama por una seguridad con tolerancia 0. Pero creo que Batman no comulgaría con esos tipos. Ahí está la contradicción de este personaje. Bruce Wayne es millonario como Macri pero no me lo imagino a Mauricio con una capa saltando por los edificios por la noche, pero seguramente a Macri, como a Biolcatti o Magnetto le encantarían que existiera uno o varios encapuchados que salgan por las noches a cazar "criminales". Pero Bruce Wayne es un filántropo (que más allá de su costado sicópata vengativo) también piensa  en los que menos tienen y su lucha tiene más que ver con la defensa del pueblo, algo que escapa a las intenciones de los mencionados anteriormente. Seguramente algún desprevenido creerá que quiero decir que Batman es kirchnerista, pero no, no es mi intención. Como tampoco me imagino en este país alguien similar al comisionado Gordon. Esos policías (al igual que Batman) solo existen en la ficción.
A Tim Burton le tocó cambiarle la cara a Batman y ponerlo de nuevo en el lugar que le correspondía. Burton es un gran director pero nunca me terminó de convencer Michael Keaton, creo que como actor estaba por detrás de sus enemigos: Jack Nicholson como el Guasón, Dany De Vito como El Pingüino o la Gatúbela de Michelle Pfeiffer. Después hay un intento con Batman Forever y Batman y Robin ambas dirigidas por Joel Schumacher. En la primera Val Kilmer y en la segunda George Clooney interpretan a Batman. Debo reconocer que Clooney junto a Uma Thurman como Hiedra Venenosa y Arnold Schwarzenegger como el Capitán Frío me gustaron en esa especie de pastiche kistsch que intenta regresar al espíritu pop de la serie de Adam West. Pero fue un fracaso porque a Schumacher le faltó el talento que le sobraba a Burton y al futuro director Christopher Nolan.
Un día, en realidad una noche, en un festival de cine, creo que de Mar del Plata, aunque podría haber sido el BAFICI, me encuentro con una amiga periodista que estaba junto a un director extranjero que había sido invitado por el festival, el lugar estaba atestado de gente y el volumen de la música me permitía escuchar la mitad de las frases. Ella me dice que el tipo me quiere saludar porque había visto Tremendo Amanecer y que le había gustado mucho. Tremendo Amanecer es una película que hice hace casi 10 años y es sobre un vampiro contemporáneo que compra la sangre en un callejón, como si fuera un adicto. El hombre me preguntó por el actor y por el tema que canta en la película, le expliqué que era Coki Debernardi, un músico de rock local y le dije que si le interesaba le alcanzaría un disco de él. El tipo tendría mi edad o era unos años más joven que yo  y se ve que se había enganchado con mi amiga (la periodista). Seguimos hablando pero el ruido y su inglés cerrado no me permitieron entender demasiado. En un momento me dijo que él también estaba trabajando sobre los vampiros y que estaba negociando hacer Batman 5 y yo me quedé pensando en por qué el 5 y luego caí en la cuenta que entre las dos de Burton y las dos de Schumacher sumaban cuatro, pero nunca lo había pensado así, no veía la correlación numérica y el flaco me parecía medio salame, y entendí que cualquier director de cine yanqui puede estar interesado en hacer una de super héroes como una de serial killlers, ya que son personajes propiamente suyos que dificilmente se puedan exportar a otras latitudes. Nadie recuerda a un super héroe francés, ni alemán, ni siquiera inglés, ni hablar de un super héroe español, italiano o portugués. En Argentina, salvo el comic Cazador o Super Hijitus,  no tenemos ese tipo de héroes, ya que el Eternauta o Boogie el Aceitoso (por solo nombrar a dos ilustres personajes de los cuadritos) no entran en la categoría. Hace falta un enmascarado, una doble personalidad, un traje diseñado para tal fin y algunas habilidades fuera de lo normal.
Hace unos años hubo una película llamada Zenitram que era sobre un super héroe nacional, pero no hay una tradición argentina ni de ningún país por fuera de USA que tenga este tipo de personajes en su cultura. Y a veces pienso ¿no deberíamos incorporar, pero no de manera paródica, algún súper hombre argento? No sé, pero luego de ver The Dark Knight Rises, me gustaría pensar en hacerlo.
Al día siguiente de la fiesta en el festival de cine, busqué un disco de Coki and The Killer Burritos con la intención de dejárselo al director yanqui, pero me di cuenta que no recordaba el nombre. Entonces le mandé un mensaje a mi amiga la periodista pero no me respondió, supuse que estaba durmiendo con él y que su celular estaría apagado, entonces cual detective elemental y básico busqué su foto en el catálogo, todos los directores que estábamos en el festival ya sea invitados o participantes teníamos una foto con una pequeña biografía debajo. Me costó reconocerlo, pero no cabía dudas de que era él. Entonces busqué un sobre, metí el disco de Coki y escribí en el sobre "Para el señor Christopher Nolan".
De alguna manera un director de cine en Estados Unidos cuando hace una película de las características de Batman o de El Hombre Araña o hasta Iron Man también se transforma en un super héroe, es quien crea esa realidad falsa pero la transforma en verdadera para que todos creamos que existe. Y desde aquí a veces nos vemos obnubilados por ese gran espectáculo y caemos en sus garras pensando en que también querríamos ponerle a un actor las calzas de Batman o a una actriz el traje sensual de Gatúbela. Pero no, en este caso solo debemos ser espectadores y disfrutar del gran show, como seguramente Nolan ha estado disfrutando del disco de los Killer Burritos.
Aunque  no estaría mal ver atravesar la noche rosarina por un personaje con capa, botas y un antifaz.