viernes, 23 de octubre de 2009

pequeño viaje

Ell avión volvía de Salta hacia Buenos Aires a las 20 hs, pero comenzamos a carretear en la pista cerca de las 20:30hs, hay días que soy más temeroso que otros al momento de subirme a un avión, no sé por qué pero a veces la tranquilidad me invade y me quedo dormido antes del despègue, una especie de relajación inconsciente que hace que me despierte ya sobre las nubes, y en otros momentos estoy alerta a cualquier ruido o movimiento extraño que tenga el avión. El martes por la noche no estaba ni relajado pero tampoco intranquilo, salvo un pequeño desacelere que hizo antes de tomar velocidad, no noté nada extraño, tampoco sé si ese desacelere tuvo que ver con lo que sucedió después ¿qué sucedió? no pasaron 15 minutos de estar en el aire cuando nos informaron que por una falla debíamos volver a Salta.
Luego de tres horas de espera en el aeropuerto y con la amabilidad de Austral que no se dignó a servirnos ni un café a la hora de la cena, volvimos a subir al mismo avión supuestamente arreglado.
El avión era de esos de principio de los 80 y que según un piloto que subió como pasajero detrás mío son de los que tienen que dar de baja cuando lleguen los aparatos nuevos. Lo pude comprobar era como viajar en un ómnibus doble camello, esos que ni baño tenían.
A las dos de la mañana estaba en Buenos Aires y a las 6:30 hs llegué a Rosario.
Por suerte en Salta me trataron muy bien y me volví a encontrar con viejos conocidos, como el caso de mi amigo Rolando Pardo, director de cine y un personaje muy particular. Es de esos que me he hecho amigo pero no sé cuando, lo conozco desde hace veinte años y el destino o nuestro laburo nos ha hecho encontrar en lugares tan diversos como Buenos Aires, Madrid, La Habana y ahora Salta. Y entre cada encuentro pasaron años pero son esos tipos que siempre parece que los viste ayer. Hicimos nuestro primer largo casi en la misma época y compartimos algunos amigos-colegas. Su película La Redada, es uno de los aportes más originales que hizo el cine en su lectura sobre la dictadura militar y particularmente sobre el gobierno de Bussi, con una carga de humor que por lo general siempre ha sido ajena a ese tipo de films.
En breve pasaremos en Arteón Cantando bajo la tierra, un documental que hizo Rolando sobre los músicos que tocan en el metro de Madrid.

domingo, 18 de octubre de 2009

películas y viajes y retro


El lunes otra vez on the road u on the air, ya que me tomaré un avión hacia Salta. Presentación por la noche de Días de Mayo, calculo que algún encuentro con el público y periodistas el día martes y el miércoles por la mañana nuevamente el regreso para partir el viernes hacia Galvez (ahí sí "on the road") a la muestra Pizza, Birra y Cortos que abre con Días de Mayo. Mientras tanto en Italia DDM estará compitiendo en la sección oficial del Festival Latinoamericano de Trieste, pero allí viaja la película sola, los organizadores no han podido juntar la plata para mi pasaje, ese es el problema de los festivales del tercer mundo, se hagan en el mismísimo tercer mundo o en el primero. Pero ya que no puedo pasar unos días en el cálido otoño europeo podré al menos (como lo hago religiosamente desde hace seis años) ir al Festival de Mar del Plata por unos días, esta vez como jurado de la FEISAL (Federación Iberoamericana de Escuelas de Imagen y Sonido) en los primeros días de noviembre. Espero para esa fecha haber terminado mi último guión que creo que será mi próxima película, aunque nunca se sabe. La historia la estoy escribiendo desde hace unos cuantos meses y también la estoy ensayando muy secretamente con quienes la interpretarán. Nadie conocido salvo una estrella, quizás una de las únicas que quedan en el cine argentino. Pero todo esto que escribo puede ser modificado pasado mañana al encontrar que todo lo que he escrito es una terrible equivocación a la que hay que tirar a la papelera de reciclaje y entonces hay que empezar de nuevo. Siempre empiezo de nuevo, eso es lo que siento, que película tras película no es un avanzar sino es un recomenzar pero con más experiencia. Ahora se me viene a la cabeza el tema de 10 cc I'm not in love, es un tema de los 70 que me remite a los bailes de la secundaria. Ayer lo escuché en el cumpleaños de una amiga, en realidad lo puse yo, era el final de la fiesta y en una carpeta de la computadora había una serie de temas que iban directamente hacia aquella época, hacia la música pop pre-disco y por momentos contemporánea con la disco music. Si tuviera que enganchar el tema de 10 cc lo haría con "Just the way you are" de Billy Joel pero podria ser en la versión de Barry White, el tema que bailábamos "lento" en nuestra adolescencia, el tema para "apretar", ¿cuantos primeros besos de cuarentones tendrán como origen la voz de Barry White?, aunque hoy prefiero la versión original de Billy Joel, se pueden encontrar varias en youtube e inclusive una versión del mismo Billy Joel en el programa Plaza Sésamo, otro hit de mi infancia.

Just the way you are
Don't go changing, to try and please me
You never let me down before
Don't imagine you're too familiar
And I don't see you anymore
I wouldn't leave you in times of trouble
We never could have come this far
I took the good times, I'll take the bad times
I'll take you just the way you are

Don't go trying some new fashion
Don't change the color of your hair
You always have my unspoken passion
Although I might not seem to care

I don't want clever conversation
I never want to work that hard
I just want someone that I can talk to
I want you just the way you are.

I need to know that you will always be
The same old someone that I knew
What will it take 'till you believe in me
The way that I believe in you.

I said I love you, and that's forever
And this I promise from the heart
I could not love you any better
I love you just the way you are.

Hoy un amigo (John Marqui) colgó en facebook una foto en la que estamos en nuestra fiesta de graduación, algo que sucedió hace apenas 28 años. La foto permanece ahí, inalterable por la digitalización, inalterable como la voz de Billy Joel grabada hace más de treinta años y que los pibes de la foto están escuchando en esa fiesta.

viernes, 9 de octubre de 2009

On the road




Dormir en un ómnibus semi cama no es una sensación placentera, dormir en ómnibus durante mucho tiempo (en cama o semi cama) tampoco es aconsejable. Mi cuerpo ya se acomoda a esos asientos, los conozco de memoria. Años y kilómetros de larga distancia. Subir con sueño, llegar casi dormido en un estado de embriaguez que dura varias horas. Estar en gira, presentar una película, dar una conferencia luego de haber tomado al menos los tres cafés bien cargados y necesarios para enfrentar al auditorio. El auditorio a veces es numeroso pero la mayoría de las veces es escaso. Ayer hablé de identidad y cine y puesta en escena. En realidad hablé de lo que intento hablar desde hace años, esta vez no llevé apuntes, intenté hablar desde la memoria, desde mi propio discurso por momentos inconexo. Le miraba la cara a los que estaban allí, creo que la mayoría esperaba que dijera otras cosas, no sé, quizás fue una percepción mía. A veces pienso que debo ordenar mejor mis ideas y volver a escribirlas como lo hice con el libro Cine Instantáneo, pero con más rigurosidad. No sé.
Por la tarde me tiré en la habitación del hotel y me quedé mirando un canal de videoclips (¿Much Music? ¿existe todavia Much Music?). Pasaban los número uno de diversos años. Pero me llamó la atención uno de David Bowie: Thursdays Child
El video es aparentemente muy sencillo: Bowie está frente al espejo de su baño, en donde se mezcla el sonido ambiente con la canción. Los planos, fijos y con muy poca variación en los encuadres nos muestran al Duque mirándose en su reflejo y observando también a quien oficia de su pareja, una mujer bella, cercana a los 40 que guarda sus lentes de contacto mientras en el l espejo se los ve a los dos pero con veinte años menos. De repente la juventud perdida se materializa y el rostro ajado (pero joven) de Bowie besa a la mujer veinte años menor como si en ese gesto pudiera recuperar los años y rejuvenecer a la pareja. Pero en el espejo vuelve a estar el hoy y el irreversible paso del tiempo. Bowie tenía 52 años en el momento de ese video que ya tiene una década. Desde la cama lo miraba y me acordaba que en 1989, diez años antes de ese video y hace ya veinte años lo vi en el Estadio de River. En ese momento Bowie era más joven que yo (hoy) y yo (hoy) soy más viejo que aquél Bowie. Ahora entro a Youtube y busco Thursdays Child, lo vuelvo a ver y me veo reflejado en ese espejo.

jueves, 8 de octubre de 2009

hacia Córdoba

viajando hacia Villa María, tema de la charla Puesta en Escena e Identidad Nacional, veremos como me sale, por la noche proyección de Días de Mayo