miércoles, 30 de septiembre de 2009

MY WINNIPEG ESTRENO EN ROSARIO

MY WINNIPEG, de Guy Maddin, desde el jueves 1 de octubre en la sala ARTEON que recupera el cine arte para la ciudad de Rosario.

jueves, 24 de septiembre de 2009

el principo de algo (parte XIV)

Él se sirvió café y después le echó Johnny Walker, miró la pantalla y pensó en la herida y en la sangre y en el asfalto frío y mojado. ¿Debo salvarlo? ¿debo salvarme?
Ella seguía corriendo hacia ningún lugar o quizás hacia él. Pasa al lado de un teléfono público, de los pocos que quedaban en la ciudad aunque ella nunca había reparado en que en esa esquina había un teléfono público, quizás por eso se paró frente al aparato y de repente lo escuchó sonar y atendió. Se llevó el tubo a la oreja y escuchó "estás a tiempo de salvarlo, estamos media hora atrasadas, yo sigo viva y él debe seguir vivo, salvalo". Al decir esto cortó, era la voz de la vietnamita, sin dudas. Ella no sabía para dónde ir entonces lo llamó por teléfono. Él atendió.
¿Cómo estás?
Bien
Te van a pegar un tiro
¿Cómo lo sabés?
No lo sé, nadie me lo dijo, pero te lo tengo que avisar a vos, no quieren que te mueras, no quiero que te mueras.
Yo tampoco quiero morirme
El tiro será en una esquina en donde hay un edificio de tres pisos, la ventana del segundo está semi abierta y desde allí un francotirador te ... (él interrumpe)
Veo la ventana
Agachate!!!
El se agacha y el disparo pasa rozando su hombro izquierdo. Él corre hacia el edificio y patea la puerta, al traspasarla se da cuenta que está haciendo una estupidez, ni siquiera está armado. Volvió sobre sus pasos y miró de nuevo hacia la ventana, ya se había cerrado. Se dió cuenta que desde el teléfono la voz de ella seguía gritando.
Está todo bien dijo y colgó. Se sintió un duro de un film noir.
Entonces él se puso los auriculares y escuchó un tema de Nacho Vegas, una especie de rockandrollito español con el que se podía imaginar manejando por una carretera en un auto lleno de de drogas, alcohol y una mujer hermosa que lo obligaba a parar en el primer motel. Ahí va la letra.

Perdimos el control (Nacho Vegas)

Me agarró con fuerza de la mano. Yo sonreí e ingerí otro rohipnol. Éramos sólo dos perros abandonados; perdimos el control. Caminamos deprisa y sin rumbo. Aquel día el sol abrasaba. Cruzamos corriendo las Siete Autopistas; perdimos el control. Conocimos a una tal Amparo. Dijo: "No hay más que dolor y alivio, dolor y alivio, dolor y..." Nos guió hasta aquel cementerio de gatos en el que perdimos el control. Y quisimos salir de allí. La miré; ella balbuceó. Ocurrió algo confuso y después la perdí; habíamos perdido el control.

Y nos creímos ángeles,
y hasta ella quiso volar.
Y lo hizo tras dejarme
aquel mensaje aún por contestar:
"¿Dónde estás, corazón? ¿Te has cansado de mí? Yo estoy en el balcón y ¿sabes?, voy a saltar."
Se rió –“¡JA JA JA!”- y después se cortó.

No hice más que vagar por un tiempo. Traté de limitarme al alcohol. Intenté no sumirme en la locura o perdería el control. Conocí a una mujer en Conill. Disfrutamos del mar y del sol. Un mal día le dije: "Esto te gustará, pero perderemos el control."

Un mensaje de texto lo volvió al mundo real "te salvaste, pero la noche es larga", eso de alguna manera lo tranquilizó, la noche seguía siendo larga y todavía podía encontrarse con ella nuevamente, pero después de salvar a la vietnamita. Aunque a esta altura la oriental le importaba muy poco ¿quién lo querría matar? y ¿por qué?
Ella estaba aturdida, seguía en la calle sin saber por qué, seguía buscando a ese tipo que la acababa de colgar el teléfono luego que ella le salvara la vida.
Ingrato lugar el de las mujeres heroicas pensó aunque tampoco sabía si ella era una mujer heroica, todo en este relato se torna dudoso y confuso.
Ella fue a buscarlo y lo encontró.
Él estaba en un bar con un vaso de whisky en la mano, a su lado había una chica, ella se interpuso entre los dos, lo tomó de la mano y se lo llevó hacia afuera, paró el primer taxi y lo subió a empujones. El estaba un poco borracho pero dejó que la chica tomara las decisiones. Se durmió en el taxi y soñó. Soñó que esa ciudad ya no era Rosario, que estaba en un taxi en la noche de otro país ¿Marruecos? ¿La Habana? ¿París?
No, era Rosario y de nuevo en ese pequeño departamento, ese cubículo que había estallado en llamas, ese dos ambientes con balcón a la calle, ¿qué piso era? ¿el de la canción de Sui Generis? ¿el de Mariel y el Capitán? o ¿el de la canción de Ceratti?
no importaban las canciones, todavía retumbaba en sus oídos la voz de Nacho Vegas
¿Cómo se hace para amar lo que quise despreciar ya una y mil veces?
Seré muy breve: te he perdido y esto duele.
No me perdiste ¡idiota! le dijo ella tratando de sacarlo de su borrachera, no se puede perder lo inevitable.
Otra vez la frase que lo transportó a otro momento no muy lejano, pero era como si en esa noche hubieran transcurrido meses y meses, como si en una noche se hubiera podido escapar y cruzar las fronteras de lo inevitable y ahí se dió cuenta qué era lo que le resultaba tan familiar. Entonces volvió su vista sobre la pantalla, con los ojos cansados, con los ojos irritados, clickeó y apareció la carpeta que decía: Proyectos inconclusos, volvió a clickear y se abrieron una serie de documentos. Los ordenó alfabéticamente, los recorrió con la mirada hasta que descubrió LAS FRONTERAS DE LO INEVITABLE. Lo tomó entre sus manos y lo abrió.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

el principo de algo (parte XIII)


Él nunca se enteró de donde vino la bala, aunque tiempo después quedó claro quién había disparado, lo último que escuchó antes de sentir que se le quemaba la piel fue "en el extremo de la calle la florista se emborracha con Leguí". Cayó al piso, sobre el pavimento mojado (recordemos que había llovido), tenia el brazo izquierdo inmovilizado, el disparo entro por encima del hombro, comenzó a sentir el calor de la sangre que poco a poco iba yéndose de su cuerpo y entibiaba su espalda. No hay nadie alli. "En el extremo de la calle" ¿estaré ahí? pensó. ¿Cuál es el extremo de la calle? ¿la parte más lejana? pero ¿lejana en relación a qué o a quién?
Ella volvió a escuchar "clack" pero el cassette seguía corriendo, el clack era el ruido de un arma, lo reconoció porque sonó igual al de una película que había visto horas antes. Entonces ella corrió, pero ¿por qué?
Desde el piso se ve el cielo nocturno desde una perspectiva que le resultaba muy novedosa y atractiva. Me gusta este lugar, me quedaría a vivir aquí, esto es muy placentero. Todo esto lo pensó después de haberse inyectado morfina ¿cómo había llegado la morfina a sus manos? ¿desde cuándo sabía aplicar una inyección?
El se sentía relajado y le había dejado de preocupar que su cuerpo estuviera perdiendo el total de su sangre. Ella corría sin dirección, corría por la ciudad solo por su intuición.


lunes, 21 de septiembre de 2009

diario de viaje / Resistencia

El avión se movió demasiado, casi no pude terminar el desayuno porque debía hacer extraños movimientos para que el café no se me caiga encima. Hacía cerca de 10 años o más que no viajaba al Chaco. Recuerdo que la última vez di una charla junto a Adrián Caetano, Jorge Coscia (antes de su etapa en el INCAA) y José Luis Castiñeira de Dios. En aquél momento yo tenía filmado un par de películas y creo que fue por Camino a Santa Fe que me llegó aquella invitación. En realidad no me acuerdo nada de aquél viaje, salvo que a la noche nos quedamos con Caetano tomando cerveza en la casa de uno de los pibes que estaba en la organización. El jueves bajé del avión rogando para que la alerta meteorológica no siga amenazando mi regreso a Rosario.
De entrada tuve varias entrevistas y luego a comer una rica milanesa a la suiza.
El cansancio me había golpeado bien fuerte, dormí unos minutos en el hotel y partí a una de las experiencias más gratificantes que tuve en los últimos tiempos en relación a proyectar mis películas. Pasamos El Asadito en una cárcel junto a una veintena de presos. Entrar en una cárcel ya de por sí me crea una sensación muy particular, una sensación cargada de imágenes cinematográficas que poco tienen que ver con la realidad. La mayoría eran pibes de veintipico, más un par de veteranos. Disfrutaron la película y me hicieron una devolución muy buena y algunas críticas que daban cuenta que esta gente está acostumbrada a sentarse a ver películas, que seguramente será una de las pocas actividades gratificantes que se tienen allí adentro.
Después nos sacamos una foto y el apretón de manos fue verdadero.
Ya era hora de llegar al hotel y dormir un rato. Por la noche la proyección de DIAS DE MAYO comenzó a las 22:30 hs con una breve introducción de mi parte y de los organizadores. Ya no soporto ver la película, ya no soporto ver ninguna película mía, así que me fui a comer una rica pizza de fugazza con muzzarella frente al complejo Guido Miranda -donde se proyectaba DDM.
Sobre el final nuevamente a charlar con la gente y pasada la una de la mañana al hotel nuevamente, un poco de internet y a la cama.
El día seguía cubierto con amenza de lluvia, pero el vuelo fue fantástico, ni una turbulencia, dormí todo el viaje. Dentro de unas semanas a Córdoba y luego a Salta y luego a Gálvez en la mini gira nacional.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

re ver películas

Estoy mirando en mi video-dvd-teca.
Está bueno cada tanto volver a ver algunas películas, no siempre vemos lo mismo, una segunda, tercera o cuarta mirada nos abren otros caminos.
Un recomendado de esta semana:

Betty Blue de Jean Jacques Beinex
Lost Higway de David Lynch
Marnie de Alfred Hitchcock
Retorno al Pasado de Jacques Tourner
Elogio del amor de Jean Luc Godard

domingo, 13 de septiembre de 2009

el principo de algo (parte XII) GENESIS

Selling England by The Pound o Vendiendo Inglaterra por una libra como decía la tapa del vinilo. El disco es de 1973 pero él lo escuchó en el 76 o 77 cuando tenía 13 o 14 años. Rock progresivo, la mejor obra de Génesis en la etapa Gabriel. Pero que él pensara esto no aportaba nada nuevo a la reflexión sobre la música popular contemporánea. El temió quedar atrapado en el pasado, pero en el pasado musical. Escuchaba ese disco y sentía que esa música seguía siendo actual, nueva, sorprendente y pensó en la chica con los walkman. ¿Qué habría en los cassettes que giraban en ese walkman? ¿Sabría esa chica la existencia de ese disco? ¿Podría apreciar el teclado de Tony Banks? o ¿los matices diferentes entre la voz de Gabriel y la de Collins en el único tema que canta? ¿importa demasiado esto? no ¿por qué debería saber yo acerca de esa música? le dijo una vez alguien que supuestamente no era contemporáneo al grupo del cual hablaban, él miro fijo a esa persona y le aclaró que con el mismo criterio nadie que estuviera vivo podría hablar de Mozart o reflexionar sobre un cuadro de Velázquez.
En medio de estos pensamiento le suena el teléfono, pero no es ella, es la vietnamita que estaba muerta en la cama la que le habla. "Estamos en otro tiempo, este no es el presente" le dice la voz del otro lado, "estamos en el momento en que yo estaba viva". El buscó un reloj, no usaba reloj, miró el reloj de la estación de ómnibus ¿qué hacía frente a la estación de ómnibus? eran tres horas antes ¿antes de cuándo? si no sabía la hora de ese momento tampoco sabía qué hora marcaba el reloj de la estación. Pensó en ir para el hotel, volver al lugar donde comenzó todo. Volvió a sonar el teléfono, era la vietnamita "no vuelvas al hotel, no pierdas tiempo, todavía estoy viva, ahora estamos juntos, pero no vengas, podés solucionarlo todo". Cortó.
Él caminó, tenía una tarea pero no sabía por qué debería cumplirla, tampoco sabía cuál era esa tarea. Quizás estaba solo en la mente que miraba la pantalla, en la mente que no quería que esa noche se acabe jamás. Entonces lo mandaba tres horas para atrás para resolver el crimen que todavía no se habia cometido. Mientras tanto y no muy lejos de allí, ella que no se había dado cuenta que el tiempo había retrocedido escuchó el "clack" que hacía el cassette cuando llegaba al final de la cinta. Buscó en su bolso otro cassette, esta vez no era un TDK como el que se había terminado sino un BOSCH. Puso "play"y la conexión llegó aunque ninguno de los dos se enteró de que había sucedido hasta horas o días después o quizás él nunca se enteró de que ella escuchó Emerson Lake and Palmer. Ya nadie escuchá ELP. Es escasa la probabilidad de que alguien menor de cuarenta años escuche a ELP y la probabilidad se reduce a cero con personas menores de treinta. ¿Será la chica analógica un personaje del pasado? El reloj que atrasó por horas la noche ¿podría haber adelantado por décadas el espacio-tiempo de aquella muchacha?
Preguntas estúpidas. El hombre frente a la pantalla se hace un té, un té inglés, oscuro, con un solo saquito de edulcorante. Vuelve a mirar la pantalla y la ve a ella, no sabe por qué pero la ve concentrada en esa música progresiva que acaba de descubrir.

lunes, 7 de septiembre de 2009

el principio de algo XII

quizás le hizo falta retroceder en el tiempo para entender el presente, una fórmula no muy original pero a la que pocas veces recurren los gobernantes ¿por qué hablar de políticos en una historia de amor? todavía no sabemos si esta es una clásica historia de amor, no a él no le gusta el término clásico para denominarla, ¿y a ella? a ella no le preocupan los términos para denominar nada y menos aún para llamar a un sentimiento del que se sentía más dueña que nadie, quizás porque entender a las mujeres sea la tarea que le llevará toda su vida, quizás porque alguien le preguntó por la calle si realmente podía hablar sobre mujeres, quizás por eso y otras cosas se decidió a sentarse en en el cordón de la vereda sin decidir que calle tomar.
Cuando no sabía que hacer se sentaba frente a la computadora y abría muchas pantallas, ponía música y dejaba que la situación lo lleve, pero ahora no, ahora había llegado ahi justamente porque no había podido salir de su pequeño estudio, porque no había podido abandonar su silla.
se mldijo, se maldijo por no haber terminado de leer tantos libros, se maldijo por ser un comprador compulsivo de libros pero no un lector compulsivo, los libros a veces te dicen qué hacer, para dónde arrancar.
La música se había transformado en ruido para ella, un sonido que se mezclaba con las voces de sus amigas que ya ni podía escuchar. La puerta, la vereda le iban a dar un poco de aire. Salió con el vaso de cerveza en la mano y se sentó en el umbral de ese bar de escaleras largas. Trató de poner un espejo imaginario frente a ella, y se detestó, parecía esas pendejas que cuando salen se emborrachan y que después no se pueden sostener en pié y terminan esperando un taxi semidormidas sentadas en la vereda con el último trago de cerveza en la mano. Prejuicisa pensó, a mi me pasó más de una vez y no soy una pendeja boluda, a mi me pasó varias veces y la pasé bien, más allá de la resaca.
El no era de tener resacas, necesitaba tomar mucho para tenerla, pero esa noche no había tomado, así que ¿por qué no ir a un bar?
ella sintió el sol a las 3 de la mañana, sabía que era de noche y que el frío no era buena compañía si permanecía mucho tiempo más ahí.
ella recordó y le tembló el cuerpo, ella comenzó a correr mientras recordaba, era de noche pero había sol, hacía frío pero su cuerpo no lo sentía, corría en la noche mientras la asaltaba una felicidad repentina, como si hubiera encontrado de repente con una respuesta que desde hace tiempo estaba buscando.

domingo, 6 de septiembre de 2009

el principo de algo (parte XI)

El le pide al taxista que se detenga, no quiere llegar... sí quiere llegar, al lugar deseado como como dice la canción, se baja y corre aunque sabe que sigue en el mismo sitio, aunque sabe que por más que corra como Ben Johnson nunca sus piés se moverán de esa silla ni sus ojos de esa pantalla, pero lo intenta, tal vez si lo intenta pueda hacerlo. ¿Cuál se la diferencia entre la mente y la realidad? Poca cuando estamos cerca de la locura.
Por suerte la noche seguía siendo noche y eso lo protegía, se sentía Cenicienta a la espera que den las 12 y el carruaje se transforme en calabaza y su maravilloso mundo se desvanezca de sus manos, pero mientras lo piense, "mientras lo imagine" se dijo "permanece, existe".
Ella creyó que existía porque existía él, ella pensó que la razón de la eternidad estaba directamente relacionada con él. El taxi de ella llegó a destino y bajó. La calle mojada pero sin lluvia, una brisa fresca la despeinó. El bar, el boliche o como lo quieran llamar estaba atestado de gente. Ella entró pero no quería hacerlo. La música estaba fuerte. Ella atravesó el salón. La gente bailaba, logró divisar a sus amigas cerca de la barra. Volvió a cuestionarse, pero no había otras opciones. El le escribía el recorrido o él sabía su recorrido, pero las líneas paralelas nuevamente impedían el encuentro.
Ya no hay taxis, pero él se había bajado del taxi para ir a ningún lado, para seguir estando con ella aunque la distancia los separe. ¿Ella? la mujer, las mujeres. Pensó en La ciudad de las mujeres, la película de Fellini. Una ciudad de mujeres, un mundo solo de mujeres. La mujer y él. Sabía que ese era el quid de la cuestión: La mujer, desentrañarla, descubrirla. Su obra estaba plagada de mujeres, siempre quiso comprenderlas y quizas lo había logrado pero cada vez que quería explicarlo enmudecía.
Volvió a trasladarse en el tiempo, volvió a pensar en esos otros tiempos cuando descubría por primera vez a las mujeres, cuando descubría la música que lo haría enamorarse, cuando pensaba que el mundo era mucho más interesante que el que le tocó vivir. Mundo, Mondo di Cromo pensó, como el disco de Spinetta. Será que la canción llegó hasta el sol
Si el camino surge de la nada,
será que mi canción llego hasta el sol
Si algo te sacude sin sentido
será que la canción llego hasta el sol

La tristeza se va como una luz
todo es armonía a mi alrededor
y esta bien



el principo de algo (parte X)

el taxi recorrió la zona más oscura de la ciudad, pero de noche todo parecía oscuro, la había dejado a ella en su departamento, pero ella también había salido de su departamento, en otro taxi ¿otro rumbo? ¿o el mismo? las coincidencias y otra vez las líneas parelelas que se juntan en el infinito,
¿dónde es el infinito? el infinito es una mujer se respondió él ¿qué quiero decir con esto? es una buena frase, se convenció con que podría ser una frase ingeniosa, pero después lo meditó bien y se dió cuenta que no era tan ingeniosa, pero de todas maneras le gustó: el infinito es una mujer repitió de nuevo ¿y ella?
ella también pensó en él pero de una manera distinta, nadie piensa en el otro de la misma manera, pero ella se encontró pensando en él más de lo que hubiera creído que pensaría ¿pensando en él o sintiéndolo a él? su olor permanecía en su cuerpo,
el olor de ella estaba impregnado en las manos de él y él se llevó las manos a su nariz y las dejó allí por un buen rato, esa noche se sentía un adolescente o se sentía un hombre volviendo sobre su adolescencia, por eso quizás busco en su reproductor digital Handyman de James Taylor: pop suave, lento y elegante de los 70.
ella miró al taxista y le pidió que cambie de radio, el hombre le hizo caso de mala gana y de fm hit o algo asi pasó a otra radio con el buscador automático y se detuvo con la voz de Fito Páez: La despedida. A ella le gusta Páez.
Tu me pierdes a mí yo te doy por perdida
Es la hora de huir, la despedida,
La despedida ...
Tengo que correr, tienes que correr a toda velocidad
A toda velocidad ...

Ella no quiere huir, ella no se quiere despedir, sólo le gusta la canción. Pero ella también se siente asediada por un fantasma o por la presencia de la ausencia.¿Entonces? "que esta noche no se termine, que esta noche sea eterna"