el cine argentino y sus encrucijadas

Hace unos días leí una carta que le envían a CFK (presidenta electa) la DAC (Directores Argentinos Cinematográficos), SICA (Sindicato de la Industria de Cine Argentino), SUTEP (Sindicato Unico de Trabajadores del Espectáculo) y SADEM (Sindicato de Músicos). En esa carta, que en realidad es un pedido de audiencia conjunta, le solicitan a Cristina que de un golpe de timón en la conducción del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) pidiendo la cabeza de las autoridades y una serie de medidas que suponen un beneficio para la industria.
Podría decirse que algunas de las medidas que piden son totalmente razonables y pertinentes pero son tan vagas en sus enunciados que cualquiera estaría de acuerdo con ello. Lo llamativo de esto es que estas propuestas y solicitud de cabeza del presidente del INCAA se haga luego de las elecciones nacionales y a días de asumir CFK, cuando se supone que esta crisis del cine argentino no es nueva y que este mismo pedido se lo podrían haber hecho a NK. Por otro lado ¿qué dice el resto de la industria? ¿qué opina la Asociación Argentina de Actores o las otras cuatro entidades que agrupan al resto de los directores o las asociaciones de productores? Lamentablemente quienes vivimos en el interior del país estamos ajenos a estas disputas y debates. Yo como director de cine no tengo ninguna asociación que me represente, de la misma manera que ninguno de los directores de cine que producimos fuera de Buenos Aires nos sentimos identificados con las políticas que llevan adelante estas asociaciones, porque cuando hablan y defienden al cine nacional lo hacen desde su propia perspectiva que es totalmente diferente a la nuestra. Sería bueno que en el momento que surjan propuestas como la de esta carta también exista una convocatoria abierta a TODOS los sectores, integrantes, intérpretes y protagonistas de la industria del cine a debatir acerca de lo que pensamos y cuales serían las medidas que cada uno de nosotros tomaría o propondría, ya que estas cosas no deberían arreglarse corporativamente en el despacho de un presidente/a porque de ser así, sólo se estaría avalando lo que se dice critcar. Entonces cuando aparecen estas cartas en estos momentos se me ocurre que lo que hay detrás no es la intención de darle un cambio de timón al INCAA sino un cambio de personas que beneficien a quienes lo coloquen en el nuevo lugar del poder.