miércoles, 5 de diciembre de 2007

el cine argentino y sus encrucijadas II

Una ampliación de lo expuesto día atrás y con motivo de un debate que sigue caliente en la "industria del cine".

Siempre es bueno que se genere polémica porque el resultado –si se aprovecha la discusión- puede ser beneficioso para todos. Pero creo que en los términos que esto está planteado no se podrá llegar a buen puerto.
¿De qué hablamos cuando hablamos de cine nacional? ¿O de qué hablamos cuando hablamos de polémica en el cine argentino? Hay algunos lugares comunes en las polémicas:


1 – siempre comienzan por intereses políticos disfrazados en discursos que supuestamente hablan de la protección de ciertos sectores.
Es llamativo que la carta de la DAC y Cía. se haya concebido luego de la elecciones nacionales y enviado cuando faltan pocos días para la asunción de CFK, ya que si esta crisis del cine argentino viene de larga data, ¿por qué no se le planteó lo mismo a NK? ¿qué piensan las otras entidades representativas del cine como la Asociación Argentina de Actores, las entidades de Productores o las otras asociaciones de directores? Estas entidades no se han expresado al respecto. Si hay alguna motivación política porque no se lo dice de manera más clara, cuando surgen estas discusiones en momentos previos a un cambio de gobierno se me ocurre que lo que hay detrás no es la intención de mejorar la gestión del INCAA sino de acomodar las personas que beneficien a quienes los coloquen en el nuevo lugar del poder.


2 – se piensan los problemas en función de los beneficios corporativos y no de la totalidad de lo que tan ligeramente se denomina “industria”.
SICA se ha preocupado por elevar los salarios, pero los montos de los créditos y los subsidios no han variado demasiado, por lo tanto producir una película hoy sale más cara que hace un año y una de las variables de la suba de los costos es producto de la decisión de una parte de esta “industria” y esto tiende a que aparezcan cada vez más emprendimientos cooperativos que sean realmente una asociación de trabajadores y transformar a SICA en una asociación de profesionales. Un director de Fotografía cobra $ 2346 (pesos por semana), un asistente de dirección $ 2.105 (por semana) y un reflectorista $1.174 (semana). También se sabe que muchas producciones acuerdan con los técnicos pagar un poco menos del 100% porque sino no se pueden producir las películas de costos medios o bajos ¿No sería hora de que estos montos varíen de acuerdo al tipo de producción? ¿cuántos trabajadores en nuestro país ganan semejante cantidad de dinero por semana? Si embargo un actor protagónico cobra de acuerdo a la Asociación Argentina de Actores $ 7.000 (por 8 semanas de trabajo). En este caso el reflectorista puede cobrar más que el protagonista de una película, obviamente que ninguna estrella del cine y la tv trabajan por esos montos, pero no son tantos actores lo que pueden reclamar demasiado por fuera del convenio.

3 - Se habla de conseguir más espectadores y se sabe muy bien que no hay fórmula capaz de obligar a nadie a ir a una sala. También sabemos que en la historia del cine siempre hubo muy buenas, buenas, mediocres y malas películas y de eso el Estado no se puede hacer cargo, de esto nos tenemos que hacer cargo quienes hacemos las películas y son épocas, algunas mejores que otras. La dicotomía estúpida de cine con espectadores vs. cine sin espectadores no hace más que seguir planteando una falsa antinomia. El cine de este país necesita seguir siendo subsidiado y cuantas más películas haya más posibilidades habrá de que algunas capturen la atención de esa entelequia llamada público, como también permitirá que descubramos esas obras que sin la posibilidad de un subsidio o un apoyo estatal nunca podríamos conocer.

Es una verdad de Perogrullo y un lugar común, pero el cine es arte e industria y sería bueno que en el momento que surjan propuestas de cambio también exista una convocatoria abierta a TODOS los sectores, integrantes, intérpretes y protagonistas de la industria del cine a debatir acerca de lo que pensamos y cuales serían las medidas que cada uno de nosotros tomaría o propondría, ya que estas cosas no deberían arreglarse corporativamente en el despacho de un presidente/a porque de ser así, sólo se estaría avalando lo que se dice criticar.
Lamentablemente quienes vivimos en el interior del país estamos ajenos a estas disputas y debates. Yo como director de cine no tengo ninguna asociación que me represente, de la misma manera que ninguno de los directores de cine que producimos fuera de Buenos Aires –y algunos porteños también- nos sentimos identificados con las políticas que llevan adelante estas asociaciones, porque cuando hablan y defienden al cine nacional lo hacen desde su propia perspectiva que es totalmente diferente a la nuestra, es por eso que estamos por constituir una asociación de Realizadores Federales que se preocupe por defender no solo las cuestiones de los que no estamos incluidos en las otras asociaciones sino también que aporte a la construcción de un cine que deje la mezquinad, el ombliguismo y la hipocresía de lado y que se anime a discutir frente a frente las políticas que verdaderamente hacen falta para desarrollar una industria audiovisual que sea el reflejo de nuestra realidad y que pueda contener a todas la expresiones, las estéticas y las diversas formas de producción.

1 comentario:

Chueco dijo...

Te felicito Gustavo por esto de intentar empezar una asociacion de realizadores federales; es obvio que aparte de creiticar hay que hacer y organizarse de esta manera es ir por ese camino sin dudas.
Aparte nuestro pais tiene muchas micro culturas coma para que quede todo abocado a la mirada porteña.

Saludos