domingo, 1 de junio de 2008

POLLACK



Desde hace unos días los recordatorios periodísticos acerca del director Sidney Pollack (al menos en Argentina) lo describen como un director mediocre (con algunas películas aceptables), un muy buen actor de reparto y un gran tipo. Me pregunto ¿por qué esa insistencia en los medios locales de negarle el concepto de bueno o talentoso (director) y en cambio mencionarlo como buen artesano? Pensar que hace un año atrás cuando se morían dos grandes indiscutibles (Bergman y Antonioni) algunas "cabezas brillantes" de nuesto medio llegaron a dudar de la grandeza de la obra de estos tipos. Hasta un crítico devenido en cineasta habló de Antonioni como un gran "artesano" intentando quitarle al término la idea peyorativa con la que se carga al momento de utilizarlo en contraposición con "artista". Pero las palabras tienen un significado que al utilizarlas sabemos de antemano a lo que nos estamos refiriendo y eso no se le escapa a quien está acostumbrado a escribir en los medios. Por otra parte ¿Cuántos directores de cine tienen una obra sin altibajos? seguramente muy pocos, como también hay muchísimos directores mediocres. Pero no es el caso de Sidney Pollack, director al que hay que analizar dentro del medio en que producía y no por fuera de él. Pollack era un realizador de Hollywood al que sus ideas liberales lo acercaban o vinculaban con un cine un tanto más reflexivo pero siempre dentro de la gran industria del espectáculo. Y para mí una de las muestras más acabadas de que detrás de un film hollywoodense hay un buen director se da cuando haciendo zapping me encuentro con esa película que ví tantas veces pero que cuando la engancho (no importa en que parte) quiero seguir viéndola hasta el final. Cada tanto el control remoto se detiene en The Firm o con La Intérprete, como en otra época (y por canales abiertos) me cruzaba con Los tres días del cóndor o Ausencia de Malicia. Como también tengo un recuerdo muy grato de Nuestros Años Felices, película esta que quizás no resista una segunda o tercera mirada a través del tiempo y que sin embargo sigue siendo más intensa la primera impresión bañada por esa música que mi viejo tenía en un viejo disco de soundtracks de los 6o y 70. Con ese puñado de películas basta para tener un director talentoso detrás de las cámaras y no solamente un artesano. Aparentemente Pollack también fue un gran tipo al que todos querían y eso no es un dato menor para un artista.

2 comentarios:

francisco pavanetto dijo...

tener un hijo, pintar un pollack, ver un pollock. determino prioridades, que el zapping no me traiga sorpresas.

Ro Luna dijo...

suelo cruzarme con tootsie en el zapping....y si, la veo hasta el final