miércoles, 18 de junio de 2008

primeras líneas de un guión



No es cuestión de pensarlo demasiado, ahí está la calle, unos quince o veinte metros debajo de sus pies. Ella cree que no va a tener tiempo de arrepentirse en el trayecto que la lleve hacia los adoquines. Las lágrimas ya se habían secado y vuelto a aparecer. De repente ella vuela hacia el abismo, siente como el viento durante breves instantes le acaricia la cara y luego el golpe seco contra el cordón de la vereda, justo allí golpea su cabeza a la vez que se da vuelta para que sus ojos puedan ver por última vez: el puente y después la nada. ¿La nada? Se preguntó mientras todavía se balanceaba hacia el vacío y seguía imaginando como podría ser una hipotética caída. De nuevo las lágrimas. Le gustaba llorar. Le gusta llorar. Una llorona profesional. Pero no se siente una suicida. Las razones del por qué se encontraba allí no le quedaban claras, más aún cuando pensó en la nada como una posibilidad. No, no tiene demasiado sentido. Sabe que si no lo hace en este momento no lo hará más, no lo va a volver a intentar. Mientras la duda la invade una vez más siente como su cuerpo se balancea y un cosquilleo que nace en la planta de sus pies y le llega a la nuca hace que parezca que el tiempo se detiene por una eternidad. Respira hondo. Ya tomó la decisión. Una mano la toma de repente por detrás. Ella se asusta y el cosquilleo se vuelve pánico. Pero ¿miedo a qué? Estaba a punto de suicidarse. Se da vuelta y ve la cara de Pablo. Pablo la salva de un posible suicidio, pero ella ya había decidido que la muerte no era una solución.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy sola. Una vez cada cien años despego mis labios para hablar y mi voz suena desolada en este desierto, nadie me oye.
Estoy nerviosa y hoy me puse a llorar más de veinte veces. Las cosas no están bien, ya es la tercera noche que no duermo.Dentro de doscientos o trescientos años, la vida en la tierra será increíblemente más hermosa. … Pero eso vendrá solamente cuando la tierra se convierta en polvo…. hasta entonces horror.
El hombre necesita una vida nueva, y si por ahora no existe, su deber es presentirla, esperar, soñarla prepararse para ella… es tonto y ridículo sin embargo hay que confesarlo: en toda obra siempre debe figurar el amor…
Nina