domingo, 6 de julio de 2008

Hacer una pelìcula, pensar en el pasado, hacer una película sobre el pasado, pensar hoy en un ayer no tan lejano



Reescribo y pongo música. Escribo sobre un tiempo en el que todavía no tenía la conciencia suficiente como para entender lo que me rodeaba. Escribo recordando un pasado que no conozco, pero que invento. Escribo recordando parte de mi pasado y la música me acompaña en ese viaje. La música de mi pasado que me alimenta este presente de escritura. Hoy dejé de lado a Radiohead, a Cat Power, a Ben Harper, a Bejamin Biolay, a Robert Plant y Alison Kraus, a Drexler. Hoy puse a Silvio Rodriguez y escribo trasladado en el tiempo, mirando el libro de Chejov que descansa al lado de la computadora. El libro de Chejov impreso en Cuba, que me lo regaló alguien que ya no está y que me indica que los años no son pocos y que los relatos tienen un principio y un final. Las historias que la gente recuerda son las que tienen un principio, un desarrollo y un desenlace. Y aunque yo reniegue de esto no hay manera de modificar ciertas cosas. Y quizás al escribir un relato teñido de romanticismo no me queda otra opción que ser clásico, romántico, sensible y dejarme llevar por esos buenos fantasmas que siempre nos acompañan en los momentos importantes de nuestra vida.

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