un pequeño fiasco

Hoy llegó a mis manos un libro titulado Rosarinos en Pantalla, editado por el Cineclub Rosario. La mitad del libro es una especie de catálogo de directores, actores, guionistas, productores y fotógrafos del cine local. Una lista bastante extensa ya que incluye hasta los realizadores de un solo cortometraje, lo que supone -calculo- la ausencia de algunos ya que hoy por hoy es casi inabarcable la lista de realizadores de cortometrajes de esta ciudad. También hay algunas ausencias en otros rubros, pero es el problema de querer abarcar demasiado sin tener toda la información necesaria. La segunda parte del libro se aboca a las distintas etapas del cine de la región, haciendo referencias interesantes a films extraviados como así también -más cerca en el tiempo- a la importancia del súper 8 en el desarrollo de la cinematografía local. Cada uno de estos capítulos tienen básicamente un criterio informativo histórico en donde dan cuenta de lo sucedido con el cine de la ciudad. Pero al llegar al capítulo dedicado a las últimas décadas, el registro del libro cambia marcando una clara negación de un cine más "narrativo" -por llamarlo de alguna manera- en detrimento de los gustos personales de quien escribe ese artículo (Juan Aguzzi) que vaya uno a saber por qué extraño motivo y en una operación un tanto maliciosa desconoce el cine que en los últimos años ha permitido que se desarrolle en nuestra ciudad una pequeña e incipiente industria cinematográfica, formando directores, técnicos y actores que han demostrado la capacidad y las posibilidades a futuro que posee Rosario. También hay una negación o desconocimiento de la importancia del Taller de Cine Arteón, que a fines de los 70 y principio de los 80 fue un ámbito de formación y un espacio de resistencia la dictadura militar y que fue el lugar desde donde se ideó la actual Escuela Provincial de Cine y TV. Tal negación en este libro es imperdonable. Por otro lado de la escritura del texto de Aguzzi surge la idea de que el cine rosarino encontraría su esencia sólo en algunos trabajos de características experimentales y/o documentales. Todo esto no estaría mal si el libro Rosarinos en Pantalla se propondría como una visión crítica del cine local para lo que sería necesario un análisis reflexivo un poco más serio y extenso.