viernes, 27 de febrero de 2009

nuevamente 24

Soy un seguidor de la serie 24 desde su primera temporada. Siempre me pareció muy atractivo el planteo de la puesta en escena, el ritmo narrativo y las vueltas de tuerca de la historia contada en un aparente tiempo real, con pequeñas elipsis dadas a través de los cortes comerciales. Pero de la misma manera que me atrajo también me creó contradicciones en relación a su planteo político-filosófico que siempre se situó en una línea que podríamos llamar de hermandad con la política de intervencionismo de Estados Unidos y de su supuesta lucha "antiterrorista", aunque siempre dejaban un flanco abierto hacia una solapada crítica a partir de las contradicciones de los personajes principales. El duro de Jack Bauer a medida que las temporadas avanzaron comenzó a sentir el peso de su conciencia de una manera mucho más dura transformándose en un personaje condenado, con una serie de matices que resultaban muy atractivos. Ahora está en el aire la séptima temporada. Como siempre el enemigo es externo pero con la colaboración de los cipayos o mercenarios que operan dentro del gobierno. Los malos esta vez no son árabes (como las temporadas anteriores) sino morochos africanos que han implantado una dictadura sangrienta que mata niños y mujeres. El enemigo siempre tiene un color distinto que el de los protagonistas, antes los oscurecidos árabes, ahora los negros del continente negro que paradójicamente tienen una guarida detras de una despensa... coreana.
Y no hay que olvidar que hace dos temporadas atrás a Jack Bauer lo secuestraron los servicios de inteligencia chinos y lo tuvieron encerrado por más de un año. Y una temporada antes que esa se trenzó con narcos mexicanos. El color es algo que evidentemente a los norteamericanos les causa un problema. Si quisiéramos profundizar en este análisis podríamos acercarnos a plantear que hay cierto espíritu nazi que sobrevuela la mente de los guionistas de Fox o tal vez de los televidentes o tal vez del pueblo estadounidense. Pero votaron a un negro como presidente alguien dirá, es cierto, Obama es negro o casi negro, pero podría ser blanco o casi blanco, Obama es solo una pieza más de un mecanismo que permite ciertas grietas en el sistema pero que son reparadas rápidamente. El papel de los Estados Unidos en el universo capitalista está escrito en la esencia de esa nación y mientras sea -justamente- el capitalismo, con todas sus variantes, lo que guíe las llamadas "democracias" occidentales los cambios solo serán cuestión de maquillaje. No es extraño entonces que la serie 24 este año tenga como planteo y conflicto neurálgico la discusión entre agentes del FBI y de los diversos servicios secretos acerca de la necesidad o no de torturar al enemigo que quiere cargarse a miles de estadounidenses. La narración y la actitud diabólica de los "malos" sumada a la postura blanda y salame de los que quieren que las cosas se hagan dentro del marco de lo legal, llevan al público a pensar y a gritarle a Jack Bauer "¡Torturalo! es un negro hijo de puta o es un hijo de puta que trabaja para los negros asesinos africanos o es un traidor a la patria, un mercenario, etc." Hay un dato a tener en cuenta: no hay norteamericanos traidores por ideología sino por dinero o por algún tipo de venganza. Esto nos lleva a que los planteos de confrotación político-ideológocos se dan solo en el marco de una lucha de poderes internacional, lo que por ende sostiene la política del intervencionismo. En esta temporada también se debate acerca de invadir o no un país africano azotado por dictadores. La tortura y la invasión en pos de la democracia, en pos de la paz que solo se puede lograr a través de un país protector del orden mundial. Esto no es nada nuevo, las guerras, las conquistas y las matanzas siempre se hicieron levantando banderas nobles, aunque en el acto de matar e invadir no haya mucha nobleza. Pero lo novedoso tal vez es la manera explícita en que se exhibe esto en 24, sin medias tintas y tomando partido abiertamente por la posición más conservadora y fascista. Si embargo el héroe Jack Bauer sigue siendo el bueno y para quienes seguimos la serie y a sabiendas de las contradicciones que genera, siempre esperamos que el bueno de Jack pueda salir airoso.

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