martes, 24 de marzo de 2009

Marzo

Ayer me encontré por segunda vez en pocas semanas con Carlos Echeverría, un director de cine que hizo una de las mejores películas sobre la dictadura militar, el documental Juan, como si nada hubiera sucedido. La película es de la década del 80 y creo que desde que Carlos presentó esa película en Rosario que no me encontraba con él. Nos cruzamos en Pantalla Pinamar y me dió mucho gusto saber que cada uno había seguido la carrera del otro a la distancia con un respeto mutuo que muchas veces no se ve entre colegas, básicamente entre cineastas que por lo general acostumbran a mirarse el ombligo. Desayunando en Pinamar recordamos que Echeverría me vendió los rollos de película con los que filmé mi primer largo, De regreso (el país dormido). Era material que le había sobrado de su rodaje y se lo compré a muy buen precio. Carlos me contó que con esa plata se compró un piano que después vendió y que hoy se lamenta de no tenerlo ya que le serviría a su hijo. Ayer nos encontramos a la salida de un ascensor en el INCAA y me dice que quiere venir a Rosario algún día que filmemos y se ofrece como camarógrafo, asistente, microfonista o lo que sea. Dice que quiere aprender de otras experiencias, yo creo que muchos podríamos aprender de su película y promete mandarme una copia ni bien pueda. Parece un tipo de otro planeta en este planeta del cine, como su película que también habla de un tipo particular, el único desaparecido registrado en Bariloche. Hoy es un buen día para recordar algunas cosas.

1 comentario:

Mario Piazza dijo...

Hace mucho que no lo veo a Carlos Echeverría. Una vez estuvo en casa y toco algo en el piano de Mónica. ¡Qué envidia! Además de hacer las películas que hace sabe tocar el piano. Algo de jazz, tocó. Yo me alegré también por el piano, que no suele tener oportunidades de sacar música propiamente. Me gustaría mucho verlo a Carlos y ver sus nuevas películas.