lunes, 1 de marzo de 2010

algunas ideas sobre material de (mi) Historia Argentina

Ahora y cuando me disponía a escribir (mi) Historia Argentina, más allá del entusiasmo que me provoca este tipo de aventura, lo que siempre me dió vueltas en la cabeza era la idea de alejarme de cualquier lugar cercano a la postura solemne, a la mirada políticamente correcta o a la resolución más sencilla desde lo narrativo y la producción. Al ser un cortometraje metido entre otros 24 cualquier paso en falso es mucho más disimulable que cuando nos exponemos en la soledad de una película de largometraje. Pero cada vez que me enfrento ante una película siento que estoy ante un desafío nuevo, casi como si fuera una primera vez. A veces las películas son exámenes que me voy tomando a mi mismo. Cada película que queda atrás la miro con mucha autocritica y siento que el paso siguiente debe ser lo suficientemente distinto como para que esa autocrítca no lo afecte. Lo mismo sucede en cada paso de la producción. La idea que me generó (mi) Historia Argentina se modificó durante el rodaje. Muchas de las situaciones e imágenes que tenía previstas cambiaron radicalmente pero sin perder el sentido inicial. Y ahora que me enfrento a ese material siento que nuevamente debe haber una transformación de aquella idea inicial, como una traición hacia mi planteo original. Pero una traición en términos de forma y no de contenidos. Y en esa transformación es en donde vuelve a aparecer la idea de buscar lo propio y evitar caer en los lugares comunes o en ciertas ideas remanidas.
En principio tenía una idea con tres líneas narrativas:
- Filmaciones y grabaciones caseras (ficcionadas o no) sobre los últimos 30 o 40 años.
- Reflexiones personales y/o de pensadores de la cultura nacional y popular.
- Una actriz ensayando una representación de La razón de mi vida.

Las filmaciones caseras quedaron pero por momentos reducidas en gran parte a una especie de metaficción. Por otra parte en esa metaficción los actores comenzaron a tener una participación diferente a la que imaginé originalmente. Las reflexiones de los pensadores casi están a punto de desaparecer y solo queda un largo texto que escribí y que fue el puntapié inicial del rodaje. La actriz sigue representando La razón de mi vida, pero ahora esa actriz se cruza de manera diferente con otros dos actores que no interactuaban con ella.
También se le sumó una historia colateral que forma parte de una narración paralela (como si fuera otra película) en la que dos personajes se encuentran atrapados en un mundo alternativo.
Quizás ahora lo que haya que hacer es comenzar a descubrir cual de todas estas películas es la que vale.

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