miércoles, 10 de abril de 2013

Brisas Heladas / N.Y. City


Miro Brisas Heladas y se aparece Nueva York, y esta frase puede parecer extraña, absurda, simpática o hasta pedante. Pero hay una conexión que me resulta inevitable. Esa historia de los dos hermanos en ese departamento, bien podría ser un departamento del Bajo Manhattan, del Barrio Chino o Little Italy.
La cultura "americana" atraviesa la obra, la cultura popular que está metida en nuestras venas por el cine y la literatura. El pulp de las historias policiales, Gershwin y Someone to watch over me o Bowie bailando en una disco de Manhattan o el tema de LCD Soundsytem que nos sirve para verlo en su soledad a Bruno. O esa percusión que acompaña a Mabel y que nos lleva directamente a los 70 con un dejo a Saturday Night Fever y las bandas de sonido hechas por David Shire.  Otra vez la cultura pop abrazándonos. Los miro a estos personajes y los siento cerca -salvando las diferencias- de esos perdedores de Sam Shepard, de Fool for Love. También podrían ser los hermanos de la película Shame (otra vez NY), pero Mabel y Bruno no son "tan cool".  Pero en verdad la raiz de todo está en Torrentes de Amor, en esa Gena Rowlands que no encuentra su eje y busca refugio en su hermano, el último y maravilloso personaje que compuso John Casavettes. Pero las similitudes terminan ahí, mientras Torrentes ... es una historia de amor y desamor, Brisas Heladas es una historia de amor, locura, traición y muerte.
Miro Brisas Heladas y veo a Rosario en Nueva York porque la influencia del género radica ahi, en ese espacio del que nos apropiamos a pesar que en verdad se apropió de nosotros, de nuestra mirada y nuestras cabezas. NY es vintage y moderna. Brisas es moderna con un toque vintage. Tratamos de buscar una modernidad alla Mad Men. Con esa onda tan 60 pero diseñada en el siglo XXI. Y quería que algo de ese toque estuviera de cuerpo presente en la obra. Algo había que traer de allí.
El vestido que usa Mabel lo compré en Nueva York,  en la Quinta Avenida, mientras terminaba de escribir Brisas Heladas en el mismo hotel que alguna vez frecuentó Faulkner. De la ventana de ese hotel saqué las fotos que como cuadros decoran el departamento de Bruno. Pero ¿qué importa si el vestido es de una tienda de la gran manzana o las fotos son de esos rascacielos tan conocidos?  ¿Habría diferencia si el vestido es de una tienda de calle San Luis o las fotos son de edificios de la Avenida Pellegrini?
La mezcla, somos producto de la mezcla, de mirarnos en el espejo equivocado para encontrar el reflejo que nos corresponde y poder andar con tranquilidad por el camino incorrecto que nos lleva al lugar donde siempre quisimos estar. Y esa mezcla de cultura pop global con la cultura pop argie, invita a que convivan en este relato Steve Mac Queen con Mar del Plata y La Bristol o Charles Manson y Barbra Streisand al lado del niño prodigio de Odol Pregunta. Brisas Heladas es el resultado de los cruces y de el largo recorrido de la mirada y de ese camino tan particular que hace años empecé a andar y que me colocó en este lugar, tan inestable como seguro, tan fascinante como aterrador. Este lugar en el que soy feliz, escribiendo, dirigiendo y hasta animándome con la música, sin importarme la forma, el soporte. No se si se trata de teatro o de algo parecido, but I like it (Jagger dixit) y es así. Gozar, el arte es gozar, aunque no sea arte o aunque lo sea. El arte es un artificio arbitrario y antojadizo, como Brisas Heladas, pero cuando pienso en la obra el artificio pasa a un segundo lugar y lo que me queda justamente es el goce de ver los cuerpos de los actores en acción y que me trasladan a Nueva York, a Rosario o a Beirut, no importa demasiado. Porque creo que lo que allí pasa es lo que quiero ver, porque me sorprende, aunque yo haya escrito esa línea de texto. Y esa es la magia de lo que sucede en ese espacio sacro y profano, popular y culto, del que nos apropiamos sin pedirle permiso a nadie y como inconscientes nos largamos a mentirle durante una hora a cientos de personas que desean que la mentira sea tan real como los disparos en escena.

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