sábado, 8 de septiembre de 2007

you tube y el cine

Se dice que la gente lee poco y que de la misma manera sólo ve las películas que se pueden consumir de manera sencilla.

Desde hace muchísimos años contamos en nuestras casas con el pequeño Larousse Ilustrado, un diccionario bastante completo y que nos saca del agua ante la necesidad de buscar un término, palabra o prócer, pero claro, si queremos profundizar en nuestra búsqueda y ampliar los términos deberíamos ir al Diccionario de la Real Academia Española o la Enciclopedia Británica, aunque estos libros por sus tamaños se complican para llevarlos en una mochila. Cuando era casi un adolescente me hice socio del Club del Libro. Todos los meses debía comprar un libro de una lista integrada mayormente por best sellers, con la posibilidad de comprar algunos en versiones reducidas, para así en el tiempo que me llevaba leer un libro podía leer tres, o simplemente leer uno solo y el resto del tiempo en el que me hubiera dedicado a la lectura aprovecharlo para hacer otra cosa. Una oferta parecida había con las películas. En las revistas de Editorial Columba (D’artagnan, El Tony o Intervalo) se publicaban adaptaciones de algunos estrenos cinematográficos, reducidos a una cantidad de cuadritos dibujados y con los textos modificados por el guionista de turno. Recuerdo haber leído (ya que la edad no me permitía ir al cine) El vengador anónimo, aquella película de toma-la-justicia-en-tus-manos protagonizada por Charles Bronson. La otra alternativa ante la inexistencia del democrático VHS era tener un proyector de Súper 8 y comprar o alquilar (en sólo dos lugares) las versiones existentes de algunas películas muy conocidas (La Conversación (Francis Ford Coppola), Ben Hur (Cecil B. de Mille), La aventura del Poseidon y tantas otras). El pequeño detalle era que estas versiones venían en dos o a lo sumo tres rollos de Super 8, pero cada rollo no tenía más de veinte minutos, así que con suerte una película que en el cine duraba dos horas en la edición en Super 8 su duración oscilaba entre los 40 y los 60 minutos. Recuerdo haber visto La Maratón de la Muerte de John Shlesinger con Dustin Hoffman y Laurence Olivier y quedarme con una extraña sensación de ausencia a tal punto que hasta hoy no quise volver a verla. Las versiones reducidas han sido una constante en el mercado cultural del siglo XX, pero es ahora en donde este consumo puede tener mayor auge que en el pasado y tal vez sea el momento en que el conocimiento del arte se vea reducido a su mínima expresión, empezando por el cine.

You tube, propiciemos el culto a la elipsis y la condensación.

¿Qué es lo que uno recuerda de las películas? ¿Los momentos que nos conmovieron?, ¿los que nos dejaron algo dando vueltas en la cabeza? ¿Los que nos perturbaron? Podríamos pensar que en lugar de ver las películas completas veamos aquellos momentos que pueden ser considerados los mejores y que de alguna manera resumen el espíritu de un film, que serán en definitiva los que recordaremos. Tendríamos la posibilidad de hacer un repaso por la historia del cine en pocas horas, a cinco minutos promedio por film veríamos doce películas cada 60 minutos. En una semana completaríamos los clásicos y nos quedaría tiempo para los estrenos y los estudiantes de cine no tendrían excusas para no ver una película. Pero no perdamos tiempo, esto se puede hacer desde ahora mismo, en youtube está todo lo que tiene que estar para que de la nada un neófito se transforme en un cinéfilo en pocos pasos. Desde Hitchcock hasta Tarkovski, pasando por Jean Eustache, Cassavetes, David Lynch, Antonioni o Jean Luc Godard. Escenas completas de los films más variados subidas a la red por fanáticos, admiradores o verdaderos cinéfilos con espíritu pedagógico. Próximamente daré una guía con la idea de armar un cannon cinematográfico de youtube. Por ahora recomiendo para empezar una propuesta que contenga una dosis de cinefilia pero que comulgue con un espectador menos entrenado. Busquen los fragmentos de Sympathy for the devil de Jean Luc Godard, un film que hizo junto a los Rolling Stones en donde registró la grabación del tema del título junto con escenas de ficción que daban cuenta de la realidad política del momento (1968). Una rareza que todavía no se ha editado en el país y que la red nos acerca al costo de un click. Y para los que esperan ansiosamente la última película de David Lynch (INLAND EMPIRE) hay varias escenas disponibles, incluido el rap de David Lynch.

Pero no es mi intención simplificar aún más el trabajo a los interesados en esta nueva manera de consumo cultural. Si quieren iniciar la jibarización de la cultura popular del siglo XX y parte del XXI escriban www.youtube.com y good luck.

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