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Anoche volvió Jack Bauer en una versión muy pobre para la expectativa generada luego de casi dos años sin estar en la pantalla. Pareciera que los guionistas esta vez se tomaron vacaciones en este adelanto de lo que será la séptima temporada. 24 Redemption es una mezcla de Rambo con una película en la que trabaja Bruce Willis -no me acuerdo el nombre- en la que tiene que rescatar un grupo de niños africanos acompañados de una buena samaratina estadounidense. Como siempre -y es de esperar que en la nueva temporada se desarrolle- hay un conflicto vinculado a una conspiración gubernamental en donde se vislumbra como aparente "testigo en peligro" el hijo de la recién asumida presidenta de EEUU. A simple vista parece más de lo mismo y un catálogo de los lugares comunes de este tipo de series, a saber: conspiraciones secretas, terroristas malvados, gobernantes insensibles, justica por mano propia, etc. Pero lo que siempre hizo atractiva a 24 eran los giros inesperados en la trama en donde todo podía modificarse de una manera radical de un capítulo a otro y sorprender sin traicionar la lógica del relato y caminar en los límites de la incorrección política a dos aguas entre un conservadurismo extremo y una mirada crítica liberal. Ahora hay que esperar hasta enero para los que lo bajen de internet o febrero por cable y saber como impacta a los fans la presencia del bueno Tony Almeida como el malo de la temporada.