lunes, 24 de agosto de 2009

el principio de algo (parte VIII)



la eternidad es un día
pensó él mientras se alejaba del hotel ¿qué quiere decir esto? "que hoy es la eternidad, que ayer fue la eternidad", respuesta estúpida se dijo, pero siguió pensando en la frase y también colocó en sus oídos los auriculares, pero a diferencia de ella su reproductor digital almacenaba la música que ella podría cargar en una caja de zapatos llenas de cassettes, o quizás más, "If you leave me now" (si me dejas ahora) de Chicago en sus oídos. Tema "lento" de los 70. El lo bailaba en los bailes, hoy le llamarían fiestas, hoy sería "grasa" pero en aquella época era un hit que cantaba Peter Cetera, compositor de hits olvidables desde los 80. Pero las baladas de los 70 de Chicago tenían su encanto. Siguió su camino mientras leía el mensaje de texto: una dirección, un horario, una firma: ella.
Ella dejó de mirar el teléfono después de enviar el mensaje, la lluvia volvía a cerrar una cortina entre sus ojos y la calle detrás del vidrio del bar. Se tomo de un sorbo lo que quedaba del café con leche y partió bajo el agua. No tenía paraguas (pero eso ya lo dijimos).
El se detuvo de repente en la esquina ¿y si era una trampa? podrían ser los mismos que mataron a la vietnamita o el padre de la oriental. El debería responder por el trabajo, pero ¿cómo explicarle? pero no había cuerpo y si no hay evidencia no hay asesinato, tampoco hay chica, ni viva ni muerta. Pero la chica de los walkman ¿quién es? ¿de dónde salió? ¿ya lo diijimos? él no se acuerda y el autor tampoco.
Llegó a la esquina de la dirección acordada. Ella estaba arriba, esperándolo. El cambió la música, para esa situación era mejor "Dirty Boulevard" de Lou Reed, un tema que acompañaba la lluvia, que acompañaba la noche. "Estoy abajo" escribió él. Algo le decía que no había que tocar el timbre, que había que avisar de otra manera. Ella bajó, ya los porteros eléctricos no abren solos, las puertas están cerradas con llave.
El departamento era pequeño. Hacía años que no entraba en un departamento, ni chico ni grande, de dos ambientes o ¿de un dormitorio? o ¿de una estudiante? o ¿de un estudiante? o ¿de una persona sola? Le recordó a los momentos en que la vida corría sin importar el tiempo, como si todo fuera hoy, la eternidad es un día volvió a pensar. Ella estaba ahí, tenía el pelo mojado ¿por la lluvia? o ¿se había bañado?. Una sonrisa los presentó. Las palabras no fueron muchas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la eternidad de las esperas, la eternidad de la lluvia en las ciudades, las eternidades traumatizantes...
que pasará ahora que están frente a frente?
Es genial como las referencias musicales ambietan el relato!
Saludos!