domingo, 13 de septiembre de 2009

el principo de algo (parte XII) GENESIS

Selling England by The Pound o Vendiendo Inglaterra por una libra como decía la tapa del vinilo. El disco es de 1973 pero él lo escuchó en el 76 o 77 cuando tenía 13 o 14 años. Rock progresivo, la mejor obra de Génesis en la etapa Gabriel. Pero que él pensara esto no aportaba nada nuevo a la reflexión sobre la música popular contemporánea. El temió quedar atrapado en el pasado, pero en el pasado musical. Escuchaba ese disco y sentía que esa música seguía siendo actual, nueva, sorprendente y pensó en la chica con los walkman. ¿Qué habría en los cassettes que giraban en ese walkman? ¿Sabría esa chica la existencia de ese disco? ¿Podría apreciar el teclado de Tony Banks? o ¿los matices diferentes entre la voz de Gabriel y la de Collins en el único tema que canta? ¿importa demasiado esto? no ¿por qué debería saber yo acerca de esa música? le dijo una vez alguien que supuestamente no era contemporáneo al grupo del cual hablaban, él miro fijo a esa persona y le aclaró que con el mismo criterio nadie que estuviera vivo podría hablar de Mozart o reflexionar sobre un cuadro de Velázquez.
En medio de estos pensamiento le suena el teléfono, pero no es ella, es la vietnamita que estaba muerta en la cama la que le habla. "Estamos en otro tiempo, este no es el presente" le dice la voz del otro lado, "estamos en el momento en que yo estaba viva". El buscó un reloj, no usaba reloj, miró el reloj de la estación de ómnibus ¿qué hacía frente a la estación de ómnibus? eran tres horas antes ¿antes de cuándo? si no sabía la hora de ese momento tampoco sabía qué hora marcaba el reloj de la estación. Pensó en ir para el hotel, volver al lugar donde comenzó todo. Volvió a sonar el teléfono, era la vietnamita "no vuelvas al hotel, no pierdas tiempo, todavía estoy viva, ahora estamos juntos, pero no vengas, podés solucionarlo todo". Cortó.
Él caminó, tenía una tarea pero no sabía por qué debería cumplirla, tampoco sabía cuál era esa tarea. Quizás estaba solo en la mente que miraba la pantalla, en la mente que no quería que esa noche se acabe jamás. Entonces lo mandaba tres horas para atrás para resolver el crimen que todavía no se habia cometido. Mientras tanto y no muy lejos de allí, ella que no se había dado cuenta que el tiempo había retrocedido escuchó el "clack" que hacía el cassette cuando llegaba al final de la cinta. Buscó en su bolso otro cassette, esta vez no era un TDK como el que se había terminado sino un BOSCH. Puso "play"y la conexión llegó aunque ninguno de los dos se enteró de que había sucedido hasta horas o días después o quizás él nunca se enteró de que ella escuchó Emerson Lake and Palmer. Ya nadie escuchá ELP. Es escasa la probabilidad de que alguien menor de cuarenta años escuche a ELP y la probabilidad se reduce a cero con personas menores de treinta. ¿Será la chica analógica un personaje del pasado? El reloj que atrasó por horas la noche ¿podría haber adelantado por décadas el espacio-tiempo de aquella muchacha?
Preguntas estúpidas. El hombre frente a la pantalla se hace un té, un té inglés, oscuro, con un solo saquito de edulcorante. Vuelve a mirar la pantalla y la ve a ella, no sabe por qué pero la ve concentrada en esa música progresiva que acaba de descubrir.

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