viernes, 20 de noviembre de 2009

el principio de algo XVII


Alcanzar el destino siempre desilusiona un poco, pienso (Rodrigo Fresán en La velocidad de las cosas)

Seguir buscando esa mujer, esa joven mujer que había transtornado su noche era el motor para mantenerse delante del teclado. Encontrarla posiblemente significaría una desilusión. Ya la había encontrado más de una vez esa misma noche y la había vuelto a perder, pero en cada encuentro su rostro era diferente, mutaba, sin embargo él sabía que se trataba de la misma persona, como en un sueño o como en una pesadilla. Pero no, ni sueño ni pesadilla, realidad corrida del eje, esa definición le cabe mejor. Ahora la tormenta sacude las ventanas, él se asoma tras del vidrio y ve volar las hojas de los árboles y en el cielo también divisa algo o alguien que parece volar junto con las hojas: es la vietnamita subida a una moto de agua que surca el atravesando los rayos. El sube a la terraza y le hace señas para que lo lleve. Se sube en la moto de agua y arranca a toda velocidad.
- ¿Dónde estabas? pregunta él.
- Buscándote ¿acaso no tenés que resolver mi asesinato?
Él no sabe que responder. Ella lo mira y le dice: "Deberías estar ayudándome en lugar de escuchar esa mierda de Barry Manilow en tu computadora".
Lo que pasa es que tengo una regresión a mi adolescencia o primera juventud le contesta.
¿Adolescencia o primera juventud?
No sé, hacia ese agujero negro que fue el momento de mi vida en que vivía en una nube.
¿Y ahora?
El analizó la pregunta. Posiblemente ahora la nube sea otra. Nube número 9 de George Harrison o Es una nube, no hay duda de Vox Dei. Mientras tanto la tormenta lo golpeaba en la cara mientras la moto de agua acuatizaba frente a la Estación Fluvial.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Tal vez 'nybe cien' de Lebón?

santiago