jueves, 30 de agosto de 2012

PLAY STOP AND PLAY


El sol apenas se ve desde mi posición, pero lo puedo adivinar por la intensidad de la luz que proviene tanto desde el inicio de la enredadera, hoy seca por la época, y por esa pequeña ventana cerrada desde la que ingresa una haz celeste iluminando el cuadro rojo. La barra, el espejo y las bebidas duplicadas. Jack Daniels, Bombay Sapphire, Havanna Club. El partido de Newells es muy pobre. Tres salchichas en un pan y savora con miel. Coca Zero. Mate nuevo curado con whisky. Dan Letra y Música en TNT HD una de esas películas que a pesar de lo básica, simple y previsible, me gusta mirar cada tanto y si es por televisión, mejor.´
Tocar blues con un solo dedo se aprende en la web.
Mi guitarra y los problemas de la motricidad fina
Ella me propone análisis de textos epistolares que nos hemos enviado como una llave que abra la puerta de los lugares inconscientes que aparecerán en la película -que siempre siempre está en proceso- y que es el recorrido que día a día nos permite respirar. Lo femenino toma cuerpo en mis trabajos. En mi trabajo las mujeres son más confiables.
Los roedores atacan pero no los veo. Rosario ciudad de murciélagos y ratones. The rat is dead.
T Rex y Marc Bolan en VH1 Classic ¿dónde estaban esos videos durante todos estos años?
Una silla verde, dos pies (los míos) apoyados sobre la silla verde y la madrugada que no me deja dormir, como si el insomnio me empujara a escribir algo que no sé, el insomnio me obliga a escribir y guía a mis dedos sobre el teclado para golpear sobre el papel blanco de la pantalla. El resultado: lectura del cerebro.
Estoy solo, a veces no vivo solo, a veces no estoy solo, pero las compañías no modifican la condición. Los hijos que van y vienen, que se quedan un rato, que se quedan un día o un par de noches: no modifican la condición. La perra, fiel compañera, tampoco modifica la condición. La mujer que puede o no dormir a mi lado tampoco modifica la condición.  La soledad no es un estado, es una decisión.
La noche es la dueña del momento, las luces que entraban por los huecos ahora no lo hacen. Vemos las luces de los artefactos, luces que solo acompañan o acompañaran a los invitados a sus hoteles para despues ir a cenar. Las dos pastillas de la mañana y que sin saberlo me tranquiizan frente a la irrupción del insomnio. Final Cut vs. Adobe Premiere. Una pavada.
JLG en la televisión pública ¿de que se quejan? copias nuevas en HD de Godard durante cuatro noches en la televisión estatal. Algo a lo que gratamente me estoy acostumbrando. Reuniones. La intersección de Ovidio Lagos es el mejor lugar para tomar un taxi. Los taxistas, seres que parecen querer ponerse a la humanidad en su contra. Extraño, pero 4 cuatro de cada 10 taxistas me conocen y hasta han visto mis películas. No me interesan los tacheros que no miran a Godard.
Quizás nunca hubo nadie esperando, ni al principio, cuando la pulsión adolescente todavía corría por las venas, quizás no hacía falta apurarnos para llegar a ningún lado, porque siempre corrimos en el mismo lugar, porque el viaje siempre fue por dentro, porque los ojos nunca miraron lo que tenían que mirar. Entonces ahora que no cabe duda que la madurez es un estado al que no se le puede aplicar la subjetividad, es probable que el viaje comience y que la puerta se pueda abrir y que el correr ya no signifique quedarse siempre en el mismo sitio. Es necesario dejar de convivir con la sensación de que en algún momento hubo un error que altero los planes y que modificó el estado de las cosas. Las películas están ahí, a la mano, es cuestión de poner play y el mundo se modificará, el mío y el tuyo.

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