jueves, 20 de diciembre de 2012

CINE

Recuerdo de Mala Sangre ese travelling con el tema Modern Love de Bowie de fondo. Una escena clásica de lo que debe haber sido el inicio de la post modernidad cinematográfica. Leos Carax ha tenido  (o tiene) esa particularidad: con unas pocas películas dejar marcas novedosas en el cine que lo colocan un poco por delante de sus contemporáneos. Mala Sangre es de mediados de los 80 y creo que para los que empezábamos a hacer cine en ese momento nos queda el recuerdo, perdón, a mi me queda el recuerdo de decirme: ¡qué buena idea!  En ese film estaban Daniel Lavant y Juliette Binoche. La pareja se repetiría unos años después en Los Amantes del Pont Neuf, otro trabajo de Carax que ya era un cineasta moda y Binoche y Lavant los íconos de esa modernidad cinematográfica.
Hace unos días vi Holy Motors, la última película de Carax luego de 13 años de no filmar un largometraje. Denis Lavant, protagonista absoluto y con un trabajo que daría envidia a cualquier actor, ya no es el joven rebelde de aquellos films, ahora es un señor de cincuenta años a los que parece que dos vidas enteras se le marcan en la cara y más transgresor que cualquiera de sus otras composiciones. Holy Motors es de esas películas que nos hacen pensar que siempre puede haber algo nuevo en el cine y que esa novedad nos puede seguir sorprendiendo y dando placer. Y otra vez el mismo pensamiento de hace treinta años atrás: ¡qué buena idea!



No hay comentarios.: