jueves, 31 de enero de 2013

despedidas

17 versiones distintas de Someone To Watch Over Me, desde su autor, George Gershwin, pasando por la versión de Rod Stewart o las clásicas de Sinatra y Billie Holiday y algunas menos conocidas como las de Sheena Easton o Elton John o la más reciente de Amy Winehouse. Ahora ¿por qué me pongo a escuchar 17 veces una misma canción interpretada por 17 personas diferentes? La respuesta es porque creo que vivo dentro de una película. Gershwin nos lleva al cine, concretamente a Nueva York, y NY es cine puro. Someone to watch over me suena en varias películas, quizás Manhatan sea el punto de referencia y la más conocida. Pero hay una película tiene como título justamente el nombre de la canción y que la dirigió Ridley Scott. El tema se escucha desde la presentación y lo canta Sting mientras la cámara se desliza por el cielo nocturno de Nueva York. Es un trhiller que vi varias veces, es del año 1987 y creo que pocos se acuerdan de esta película de Ridley Scott. La trama la tengo un poco desdibujada, pero Tom Berenger interpreta un policía que tiene que cuidar a una mujer muy bella y elegante - Mimi Rogers-. Recuerdo la escena final en un departamento y me dan ganas de volver a verla, pero creo que ni se editó en dvd.
Pero escuchar esta música tambien me hace pensar en ese otro cine más chiquito y que es el que puedo hacer y el que puedo vivir, porque como dije (o creo que dije) hay músicas que me internan en un mundo alternativo pero que sigue siendo el mío y en donde deambulo como un personaje que soy y no soy. Hace unos días editando Lejos de Paris, me pasó algo parecido con The Way We Were, de Barbra Streisand, el tema de la película Nuestros Años Felices. De repente una escena en donde estoy yo la musicalizo con esa canción porque a mi mente me viene el recuerdo de la despedida de los protagonistas frente al Central Park (otra vez NY) y la mezclo con las actrices que protagonizaron mis películas. Es como vincular algo que está en mi memoria y en la memoria popular con algo que está en mi memoria y en la memoria de unos pocos. Y la mezcla, un pastiche más que interesante, con una alta carga de romanticismo y cierto espíritu naiff, al borde de lo cursi, pero me gusta que sea así. Me doy cuenta que hoy miro para atrás y veo una vida que elegi y caminos que tuve que tomar por elección y otros de los que no me quedó alternativas. Y el cine que estoy haciendo es resultado de todo eso, Perra Negra ayer, Lejos de París hoy y quien sabe que vendrá mañana. La soledad del corredor de fondo, la soledad del editor frente a la pantalla. La soledad del espectador en la oscuridad de la sala. La soledad de las despedidas cuando nos damos cuenta que es difícil volver a amar sin pensar en el dolor que causa el amor. El capítulo de Lejos de Paris se llama Despedidas y aquí va un adelanto en borrador y en baja calidad tanto de sonido como de imagen, pero me interesa ir compartiendo el proceso de producción de manera pública, es algo que nunca hice y que puede ser interesante.






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