miércoles, 23 de septiembre de 2009

el principo de algo (parte XIII)


Él nunca se enteró de donde vino la bala, aunque tiempo después quedó claro quién había disparado, lo último que escuchó antes de sentir que se le quemaba la piel fue "en el extremo de la calle la florista se emborracha con Leguí". Cayó al piso, sobre el pavimento mojado (recordemos que había llovido), tenia el brazo izquierdo inmovilizado, el disparo entro por encima del hombro, comenzó a sentir el calor de la sangre que poco a poco iba yéndose de su cuerpo y entibiaba su espalda. No hay nadie alli. "En el extremo de la calle" ¿estaré ahí? pensó. ¿Cuál es el extremo de la calle? ¿la parte más lejana? pero ¿lejana en relación a qué o a quién?
Ella volvió a escuchar "clack" pero el cassette seguía corriendo, el clack era el ruido de un arma, lo reconoció porque sonó igual al de una película que había visto horas antes. Entonces ella corrió, pero ¿por qué?
Desde el piso se ve el cielo nocturno desde una perspectiva que le resultaba muy novedosa y atractiva. Me gusta este lugar, me quedaría a vivir aquí, esto es muy placentero. Todo esto lo pensó después de haberse inyectado morfina ¿cómo había llegado la morfina a sus manos? ¿desde cuándo sabía aplicar una inyección?
El se sentía relajado y le había dejado de preocupar que su cuerpo estuviera perdiendo el total de su sangre. Ella corría sin dirección, corría por la ciudad solo por su intuición.


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